Los científicos que investigaban en el laboratorio de Yue Yu estaban principalmente especializados en dos ramas, inteligencia artificial y sistemas bio-informáticos en el sector 7, y geología y biología extraterrestres en el sector 9. Acoplado al puerto espacial europeo (ESP por sus siglas en inglés), estaba situado en órbita geoestacionaria en permanente conexión con el centro de control de la ESA, el laboratorio colaboraba regularmente con las universidades europeas más prestigiosas, entre ellas las escuelas politécnicas federales suizas, donde se llevaban a cabo los descubrimientos más punteros en nano-tecnologías, computación molecular y ciencias dimensionales. Fue en el campus de Zürich donde tantos años atrás se había descubierto la tecnología de salto dimensional, y el estudio de esta nueva rama de la física cuántica todavía dejaba a los científicos perplejos.
05 – Leena
Leena tuvo un sueño extraño. Lo más extraño es que podía recordarlo todo, cada detalle, sensación, pensamiento, con una vividez que no no cría haber experimentado nunca antes.
Pudo sentir el océano, y cómo su propia consciencia se disolvía lentamente en él. Cada roca, guijarro, grano de arena que alguna vez acariciaron sus olas en la costa. Cada fósil, concha, resto de estructuras parecidas a corales, que alguna vez reposaron en su fondo. Cada corriente submarina, cada rayo de sol, el constante calor emitido por el núcleo aún caliente del planeta…
04 – Kwame
El reverendo Kwame no era un sacerdote como los demás. Su iglesia, la Orden de la Simulación Dimensional, también era atípica. Los no-creyentes se referían a sus miembros de forma despectiva como“simulantes”, aunque, a decir verdad, su doctrina no tenía muchos detractores. Era bastante práctica, elegante, compartía principios fundamentales con otras religiones y, a fin de cuentas, promovía la paz y la armonía como conceptos universales. Una religión así, no iba a comenzar muchas guerras teológicas.
El principio fundamental del Simulacionismo era simple: todos vivimos en una compleja simulación tridimensional – muy parecida a lo que sería un videojuego, pero a una escala mucho mayor. La simulación sería generada en las dimensiones superiores, cuya existencia teórica estaba demostrada por las matemáticas y la física, pero cuya existencia práctica nunca había podido ser demostrada. Precisamente – predicaba el simulacionismo – nuestro fracaso en acceder a las dimensiones superiores sería la prueba de que la simulación existe, pues un sistema así sólo podría ser diseñado con un mecanismo de seguridad sofisticado, lleno de restricciones que nos impidieran a nosotros, pobres representaciones tridimensionales, escapar del juego.
03 – Jan
Jan vivía y trabajaba en una vieja fábrica de azúcar de las afueras de Ámsterdam. El complejo había sido abandonado siglos atrás, mucho antes de que las impresoras moleculares dejaran vacías las cadenas de producción de medio planeta. De la noche a la mañana, la mayoría de los costosos procesos mecánicos y químicos de fabricación de productos y alteración de materiales se habían reducido al sofisticado arte de encadenar átomos para formar las estructuras moleculares deseadas.
Como un gigantesco y complejo puzzle de piezas nanométricas, estas impresoras permitían fabricar paneles de aleación de carbono para la captación de energía solar, microprocesadores de silicio para soportar las cada vez más potentes IA, incluso tejidos biológicos como células humanas vivas.
02 – Pyke
El comandante Pike estaba de pie en la cubierta de la fragata estelar S. M. Nautilus. No estaba teniendo un buen día, y no era sólo porque llevara casi un año en el espacio sin pisar tierra firme, fuera del planeta que fuera.
Gracias a la tecnología de ondas gravitacionales usada en los generadores de gravedad, descubierta y perfeccionada casi un siglo atrás, hoy era posible vivir en el espacio durante largos períodos de tiempo. El repertorio de problemas que los primeros pioneros espaciales sufrían tras largos periodos de ingravidez, era parte del pasado: pérdida de masa muscular, debilitamiento óseo, acumulación de líquidos en las extremidades… Pike estaba en plena forma física, a sus casi 80 años de edad y a punto de una ansiada jubilación anticipada – la ingeniería genética había alargado la expectativa de vida media a cerca de 150 años.
01 – Leena
Leena se despertó con el aroma del café recién hecho. La débil luz del atardecer se colaba en la cabina de mando su viejo transportador dimensional, arrancando destellos de las paredes metálicas, y llenando el habitáculo de un ligero tono púrpura. Sonó un corto «blip-blip» calmado, acuoso, seguido de una voz metálica, suave, casi humana:
– «Comandante, su café está listo. Son las 7h GMT del 3 de abril de 2207.»
– «Gracias, Jane. Acércanos a la superficie, por favor.»
Leena era una mujer práctica. La mayoría de pilotos de un vehículo de transporte dimensional como el suyo – VTD en la jerga del mundillo «freelance» – habrían dado un nombre personalizado, quizás original, a la inteligencia artificial que lo gobernaba. Ella, sin embargo, no terminaba de encontrar el sentido a dar un nombre humano a una herramienta no-humana, disimuladamente artificial, por sofisticada que fuera. Así, la IA seguía respondiendo al nombre de Jane (Jane 4.3.235 para ser más exactos), casi una década después de haber sido programada.