Es en épocas convulsas que los recuerdos, imágenes o sensaciones del pasado afloran desde lo más profundo de tu subconsciente. Es normal, es parte del proceso. Pueden hacer que tambalees, pero que no te impidan levantarte de nuevo.
La noche oscura del alma produce un caos tan intenso que destruye tu personalidad, la rompe en mil pedazos. Bajo la presión, ésta se vuelve fluida, y se reestructura, como un océano embravecido, lleno de fuertes corrientes y olas inmensas.